25 globos blancos, cada uno con un nombre propio y una semilla de amapola –la flor que simboliza el reposo, la tranquilidad y el consuelo– sirvieron ayer para recordar a las personas fallecidas en la residencia y el centro de día María Dolores Castañeda (Alzheimer) durante el dramático brote de Covid-19 que se registró nada más arrancar el año, cuando estaban a apenas unos días de que los usuarios empezaran a ser vacunados. A ellos se sumó también otro centenar de globos azules (todos biodegradables) que se lanzaron al cielo en su memoria desde el patio de la residencia.
Fue el gesto –tan sencillo como sentido y emotivo– con el que desde Afa Vitae, la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer, se quiso recordar y rendir homenaje a las víctimas mortales que la pandemia dejó en el centro. El acto vino a saldar un tema que la crisis sanitaria había dejado pendiente en el centro para seguir adelante en el camino, por supuesto haciendo memoria y recordando expresamente a estos 25 usuarios que perdieron la vida a causa del virus.
"Ha sido sin duda el trimestre más duro de toda la historia de la asociación y, desde luego, tanto trabajadores como familiares, han sufrido no solo la pérdida sino las circunstancias en las que se ha producido esa pérdida al no haber podido estar al lado de su familiar en esos momentos últimos para decirles adiós", reconoció el presidente de Afa Vitae, Francisco Pavón.
El acto, que se vivió con las emociones a flor de piel y en el que muchos fueron incapaces de reprimir las lágrimas, reunió a trabajadores del centro y familiares en lo que se convirtió en una auténtica muestra colectiva de cariño y respeto hacia "nuestros abuelos".
"Pero a pesar de la adversidad, a pesar del cansancio, a pesar del miedo, cada día todos nosotros –los auxiliares, el personal de limpieza, de cocina, de fisioterapia, de enfermería...– todos los que lo vivimos desde dentro, hemos puesto el alma en el cuidado de nuestros abuelos intentando dar lo mejor de todos nosotros, no solo atendiendo a sus problemas de salud o a sus necesidades más básicas sino también haciéndoles sentir que no estaban solos", afirmó.
La otra pata del homenaje recayó sobre las familias. Álvaro Vela fue el encargado de hacerlo y quiso, al narrar la historia de su padre en el centro –primero en el centro de día y más tarde, al empeorar, en la residencia– y trasladar su experiencia y sus sentimientos a los del resto de familiares para referirse también al centro como "una gran familia" y asegurar que la "calidad de vida tantp física como emocional" que tuvo su padre "fue la mejor que pudo tener" gracias al equipo de profesionales que trabaja en Dolores Castañeda.
El familiar concluyó su intervención lanzando un mensaje de ánimo a Afa Vitae "para que pueda seguir cumpliendo sus objetivos como ha hecho hasta ahora o mejor si cabe". Se refería, en concreto, a la "frustración" que causó la aparición del brote de Covid en el centro a principios de año "a pesar de los esfuerzos que se habían estado realizando durante meses".
Posteriormente, se fue nombrando uno a uno a los 25 fallecidos a medida que a los familiares se les hacía entrega de los globos que los representaban. Fue el momento más emotivo del acto, que concluyó con la vistosa imagen que brindaron estos globos blancos y azules cuando echaron a volar por el cielo al caer la tarde.
