El nombre de Alois Alzheimer, pionero de la neuropsiquiatría, ha quedado asociado para siempre a una terrible y cruel enfermedad que afecta al ser humano básicamente en su vejez (un trastorno que en sus etapas más avanzadas hace que no reconozcamos a nuestros seres queridos, e incluso que no recordemos quienes somos) y que fue descubierta por él en el año 1901. Poco conocida, la vida de este científico, nacido el 14 de junio de 1864 en Baviera, estuvo ligada a la ciencia desde el principio, ya desde su infancia, cuando su padre le aconsejó que estudiara medicina.
Alois inició sus estudios de Medicina en la Universidad Friedrich Wilhelm en Berlín en el año 1883, graduándose finalmente en la Universidad de Wurzburgo en 1887. Allí completó su tesis doctoral titulada Über die Ohrenschemalzdrnsen (Sobre las glándulas ceruminosas), un estudio acerca de las glándulas del oído productoras de cera y que fue supervisado por el célebre fisiólogo e histólogo suizo Rudolf Albert von Kölliker. Aunque en esa época los estudios histológicos (una parte de la anatomía que trata del estudio de los tejidos orgánicos) abordaban diferentes partes del organismo, Alzheimer consideraba que estudiar los tejidos del cuerpo humano podría resultar de vital importancia para lograr esclarecer las causas biológicas que se hallaban detrás de los desordenes psicológicos.
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